Todos sabemos que las tecnologías en este siglo han dado un paso de gigante en todos sus ámbitos. El caso más cercano que afecta a la juventud es el de los teléfonos móviles. Nos afectan directamente tanto como pueden beneficiarnos pero, sin darnos cuenta, nos hemos inmerso en un mundo virtual que está más allá de la realidad física.
Lo más común que encontramos sobre esto es el excesivo uso del teléfono móvil con gente presente. A este fenómeno se le denomina "phubbing", algo que todos conocemos aunque esta palabra nos suene menos, que consiste en llegar a menospreciar indirectamente a alguien que nos acompaña prestando más atención al móvil y otros aparatos electrónicos que a él mismo. Y es que no llego a entender porqué hablas con alguien para quedar y verte, estás con esa persona físicamente y coges el móvil para hablar con otra persona diferente. El principal motivo es que la mayoría de la población prefiere hablar con mensajes de texto a hacerlo en persona, no sé si será por vergüenza o por gastar saliva. Nos estamos cargando las relaciones sociales, las relaciones virtuales se quedan ahí, en virtuales, no llegan a ser comparables a la sensación de estar en persona ya que a través del móvil no podemos llegar a dar un abrazo, un beso o escuchar una risa. Todo esto cada vez se ve menos porque es preferible mandar un emoticono con una carita sonriente en lugar de sonreír. Un ejemplo claro es cuando estamos con un grupo de amigos y nos entretenemos en sacar fotos y, subirlas a las redes sociales para que te haga y conseguir el mayor número de comentarios o "me gustas" y así sentirse mejor con ellos mismos, cosa que no entiendo.
De hecho, ya en la preadolescencia se da el fenómeno ya que hay niños que tienen móvil, que en lugar de salir a la calle a jugar con sus amigos y mancharse en el barro, prefieren quedarse en casa ya sea con el móvil o con el ordenador. Además, esta generación no sé qué recordará sobre su infancia, si será que se pasó un nivel del Candy Crush, será una generación de jóvenes informatizados careciendo de la imaginación que crecía con los juguetes más simples en los que los niños tenían que crearse sus historias y no tenerlas al alcance de un click.
Referente a todo esto, Einstein en su momento lo vio venir diciendo: "Temo el día en el que la tecnología sobrepase a la humanidad y el mundo tenga una generación de idiotas".
En la siguiente imagen se puede observar un claro ejemplo de phubbing, que afecta de las edades más tempranas.
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