Su arma está denominada, como él la ha apodado, “arma de instrucción masiva”. A partir de un Ford Falcon que perteneció a las Fuerzas Armadas Argentinas, construyó un tipo de vehículo muy parecido a un tanque, que no dispara proyectiles ni misiles, sino cultura. Se encarga de llenar este tanque de libros, los cuales están a la vista por los lados del tanque. Con este vehículo que ha fabricado él mismo con sus manos, se recorre las calles de ciudades y pueblos repartiendo libros, para que la cultura se expanda poco a poco. Los regala y, además, lo hace desinteresadamente, porque como bien dice “es algo divertido”. Las personas a las que él quiere atraer más son a los jóvenes y a los niños, para aumentar la atracción a la lectura desde que se están desarrollando y, así, la expansión de sus mentes, haciéndolo con un estilo alocado que les hace gracia, por lo que estos aceptan este trozo de cultura gratuita con una sonrisa.
Con esto, Raúl quiere conseguir la atracción a la lectura por parte del público, para que puedan apreciar el valor que tiene, ya que con ella se consigue, como dice en el siguiente vídeo, pensar y abrir la imaginación entre otras muchas cosas.
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