Es algo increíble siempre insaciable social

pues soy de rumbo fijo y hasta la guerra final.

Ya no me quejo por la injusticia, ni por aquellos ideales hambrientos.

Solo juro que algún día mi espada dejara de sentir sentimientos y lamentos.

Rodarán cabezas directas a sus infiernos

para poder calmar justicia dentro de mis tormentos.

sábado, 28 de marzo de 2015

La homeopatía de un abrazo.

Hoy os voy a hablar de algo que muchos necesitamos en un determinado momento de nuestra vida: un abrazo. Ya sea en un momento puntual porque se esté mal, porque se necesite sin más o para sentirse mejor, todos los necesitamos, porque los abrazos son curativos en cuerpo y alma. No hay nada más reconfortante después de un día duro, que caer en los brazos de alguien buscando protección y un hombro en el que apoyarnos y, la mayoría de la gente, no cae en la cuenta de la importancia que tienen.

Esta semana he vivido esta experiencia que muchos ven sin significado y de la que llegan incluso a reírse: Dar abrazos gratis, sin ánimo de lucro y por el simple hecho de hacer el día de alguien un poco más llevadero.

Nuestro grupo de clase y yo, personalmente, lo vemos como una acción altruista y muchos nos apoyan pensando que es la mejor de las ideas. Lo que comenzó como un proyecto de clase, se convirtió en realidad y, el martes, pudimos realizarlo en grupos. Nos separamos por distintos puntos de Cáceres y a nosotros nos tocó el centro comercial Ruta de la Plata. Empezamos poniéndonos por la puerta principal, sitio más estratégico para localizar a más gente para poder abrazar. Con esto, también nos desplazamos por el interior del centro comercial buscando a gente dispuesta a darnos un abrazo, fuese cual fuese el motivo.

A pesar de ser un trabajo de clase que tiene una nota, lo hicimos con todo el gusto que no se consigue tener con cualquier trabajo, porque a eso se debe nuestra profesión, a hacer acciones sin tener algo material a cambio. Es por todo esto que realizamos esta actividad con la ilusión de un niño con zapatos nuevos y, a pesar de que mucha gente pasaba de largo, la sensación que se siente cuando alguien viene a abrazarte es indescriptible. Yo, personalmente, abracé a un niño de unos 2 años que iba en su carrito, y ver la cara que puso, me llegó muy dentro.

Por último, un señor se acercó a nosotros para preguntarnos acerca del porqué de la actividad, la cual le pareció muy buena idea. Nos dejó una frase que nos caló en el fondo a todos: "Por acciones como esta, la sociedad os lo debe a vosotros".

Aquí os dejo un vídeo como ejemplo de esta acción, algo que debería expandirse.


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